Introducción
En el Nombre de Dios, Clemente y Misericordioso
Alabado sea Dios y que su paz y bendiciones sean con su siervo y Mensajero
Muhammad, sus familiares, compañeros y seguidores.
El Islam es el Sello de las religiones y los mensajes celestiales, es completo
y lo contiene todo. Dios lo ha perfeccionado, ha agraciado a Sus siervos
con él y lo ha escogido como su religión.
El Islam no deja ningún asunto sin tratar y explica tanto lo ínfimo como lo
grandioso, en él hay todo tipo de detalles acerca de todo, y por esa razón
Dios dice que: Nada hemos omitido en el Libro original que no haya
sido comprobado (6: 36)
Todo lo que regula la vida de las personas en general, y del musulmán en
particular, se encuentra en el Islam, Habla de las creencias, de las obras, de
las leyes, de las maneras de hacer las cosas, etc.
El Mensajero del Islam, Muhammad, la paz y las bendiciones de Dios sean
con él, transmitió el Mensaje de Su Señor dejando pruebas claras sobre
todos los aspectos del Islam, y no abandonó esta vida terrestre hasta que lo
hubo explicado todo acerca de la religión.
El presente estudio quiere dar una imagen global del Islam, pero se trata
de una tarea realmente ardua que el investigador sabe cómo comenzar,
pero no cómo terminar. Esta dificultad no radica en la falta de material
científico, histórico, etc., sino en la diversidad y multiplicidad de ejes
sobre los que gira una investigación como la nuestra, pues el tema del
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Islam es inagotable. Hemos de preguntarnos: ¿cómo puede un escritor,
aunque posea una capacidad excepcional, y hacerse cargo de tan magnífica
tarea? Es algo difícil y probablemente inalcanzable, pero a pesar de ello
el escritor debe intentarlo. Para ello debe ser extremadamente cuidadoso
y metódico e intentar reunir todos los puntos claves en un solo libro, cuyo
mensaje principal debe ser claro y conciso. Y todo ello debe ser hecho sin
empañar ni lo más mínimo la luminosidad que conlleva Islam, que no es
otra cosa que todo aquello que es beneficioso para la humanidad y que
debe ser conocido por quienes buscan la verdad.
Todos los temas analizados en este estudio podrían constituir una
extensísima investigación individual por sí mismos. No obstante, la
rapidez de la época en que vivimos y la necesidad de tratar de todos estos
temas en un sólo libro, me ha obligado a resumir los temas analizados, de
manera que debo confesar que este trabajo no es sino una aproximación a
planteamientos que son esenciales en el Islam.
A. Plan del estudio
Este estudio consta, además de Introducción y Conclusiones, de ocho
capítulos divididos como sigue:
• Primer capítulo. El Islam. Esencia, leyes, creencia y disciplinas.
• Segundo capítulo. Los pilares de la fe.
• Tercer capítulo. Muhammad, la paz y las bendiciones de Dios sean
con él, es el Sello de los Profetas y Mensajeros.
• Cuarto capítulo. Asuntos relacionados con lo no-visto.
• Quinto capítulo. Asuntos vinculados con los pecados, el
arrepentimiento y el Dua.
• Sexto capítulo. El Sistema político, económico, social y familiar en el
Islam.
• Séptimo capítulo. Actitud del Islam frente a ciertos asuntos
contemporáneos.
• Octavo capítulo. Pruebas que acreditan la veracidad del Islam como
religión de carácter divino.
Cada uno de estos capítulos está a su vez dividido en temas que, a su vez, se
dividen en otras secciones. Además, algunos capítulos y temas comienzan
con un preámbulo que sirve para dotar de unidad a la obra como conjunto
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y para aclarar los conceptos que se van a estudiar a continuación.
Como no podía ser de otra manera, en la conclusión ofrecemos un resumen
de los resultados de esta investigación.
B. Metodología de la investigación
A la hora de desarrollar la presente investigación, hemos tenido en cuenta
ciertos aspectos que enumeraremos a continuación:
1. Hemos querido que cada uno de los capítulos goce de autonomía y
pueda ser entendido como un estudio independiente, pero que, al mismo
tiempo, complete al anterior e introduzca al siguiente, formando parte del
conjunto global que es la obra; pues el Islam es una religión completa en la
que todos sus ejes guardan relación entre sí.
2. Hemos tenido mucho cuidado con la tipo de lenguaje empleado,
especialmente en aspectos como:
a. Elección de un léxico ameno que pueda ser comprendido con
facilidad tanto por los musulmanes como por los no musulmanes,
especialmente occidentales.
b. Hemos establecido lazos entre la lengua original y la contemporánea, pues la primera da fuerza a la investigación y la segunda
ayuda a comprender el mensaje, pero prestando atención a que el
estilo no fuese ni arcaico ni demasiado coloquial.
c. Empleo de un lenguaje adecuado sin indicio alguno de provocación, acusación ni o condena.
d. Atención general al uso de la lengua y la correcta redacción.
1. Hemos puesto sumo cuidado en la verificación de la información y en las fuentes de investigación, sean éstas antiguas o
modernas.
2. Hemos intentado que esta investigación fuese animada y
alejada de la rigidez propia de los estudios académicos. Por
esa razón hemos intentado mantener atento al lector atento y
con cierta ansiedad, mediante la diversidad bibliográfica y mediante otros medios diversos.
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3. Nos hemos planteado este estudio desde su origen como
material de enseñanza adecuado para la asignatura de Cultura
Islámica.
Después de haber leído el resumen del planteamiento y la metodología del
presente estudio, os invito a analizar sus detalles implorando a Dios Su
auxilio divino. Que la paz y las bendiciones de Dios sean con el Profeta
Muhammad, sus familiares, compañeros y seguidores.
Dr. Muhammad Ibn Ibrahim Al Hamad
Az-zalfa: Po Box: 460
15/5/1433
Universidad de Alqassim
Facultad de Shariah y Estudios Islámicos
Departamento de Aquidah y Corrientes contemporáneas
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Primer Capítulo
El Islam, esencia, leyes, creencia y disciplinas
Este capítulo está dividido en los siguientes temas:
La religión del Islam en sí
Fuentes de la legislación en el Islam
Pilares del Islam
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A modo de preámbulo
La historia de la humanidad
La historia de la humanidad comienza cuando Dios creó al padre de la
humanidad, Adán, la paz sea con él.
Dios creó a Adán del barro, le dio forma con Sus benditas manos y le
enseñó el nombre de todas las cosas, aves, bestias, etc. Después ordenó
a los ángeles que se prostraran ante Adán como muestra de respeto y
dignificación hacia él. Todos los ángeles acataron la orden de Dios salvo
Iblis (Satanás), que pertenecía a los genios y que, por soberbia, rechazó la
petición divina. Por esa razón Dios lo hizo descender del Reino de los Cielos,
vencido y humillado, y decretó para él la maldición, el fuego y la perdición
total. Después de lo sucedido, Iblis pidió vivir en este mundo hasta el Día
del Levantamiento y Dios le dijo ¡Estás entre los emplazados! (7: 15),
a lo que Iblis respondió Por Tu gloria y magnificencia, los descarriaré a
todos, salvo a Tus siervos piadosos, sobre los que no tendré poder (38:
82-83).
Y movido por el rencor y la envidia hacia Adán, Iblis dijo a Dios: A
causa de Tu sentencia de descarriarme y perderme, juro descarriar a
la descendencia de Adán y desviarla de Tu recto camino, usando para
ello todos los medios posibles. Juro que acosaré a los hijos de Adán
por delante y por detrás, por la derecha y por la izquierda, y del lado
que me sea más fácil, aprovechando todos sus descuidos y debilidades
para desviarlos, a fin de que la mayor parte de ellos no Te sea fiel y no
agradezca Tus mercedes. (7: 16-17)
Dios le contestó: ¡Sal del Paraíso, la morada de Mi gracia, despreciado
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por tu soberbia y tu desobediencia! ¡Finalmente perecerás! Y juro llenar
el Infierno contigo y con todos los que te sigan (7: 18)1
Dios sacó a Iblis del Jardín, le dio el poder de seducir y susurrar y fijó el
plazo de su vida hasta el Día del Levantamiento, para que cometa más
pecados; como consecuencia de los cuales su castigo será terrible. Iblis fue
tomado como el instrumento mediante el que se distinguen las personas
buenas de las malas.
Después, Dios creó a Eva a partir de Adán, para que viviera junto a él y
le hiciera compañía. Ordenó a ambos vivir en la morada de la dicha, en el
Paraíso, donde hay lo que ningún ojo ha visto ni ningún oído ha escuchado,
ni nadie puede imaginar. Les ordenó también que gozaran de todo lo que
allí había, pero para probar su fe y comprobar si acataban Su orden, les
prohibió disfrutar de un determinado árbol, pero no sin antes advertirles de
la enemistad que Satanás sentía hacia ellos.
Satanás los incitó a transgredir la orden de Dios, jurando y perjurando que
era de los que aconsejan el bien. Les dijo que debían comer de ese árbol
precisamente porque el Señor se lo había prohibido, y que de esa manera
serían eternos. Finalmente consiguió convencerlos de este engaño y los
condujo a comer del árbol.
Adán y su esposa desobedecieron al Señor y pronto se arrepintieron
sinceramente. Se dieron cuenta de su equivocación y del daño que se
habían producido a sí mismos. Por esa razón Dios le inspiró a Adán unas
palabras para que las dijera en señal de arrepentimiento y petición de
perdón, y cuando éste las pronunció, Dios las aceptó y le perdonó. No
obstante, los cónyuges fueron hechos bajar a la Tierra, donde tuvieron
obligaciones y mandamientos que cumplir. En la Tierra Dios le concedió
a Adán una descendencia que con el correr del tiempo fue numerosa, y
cuando finalmente murió regresó de nuevo al Paraíso.
Ahora bien, desde el momento en que Adán bajó a la Tierra, él, su cónyuge
1 Dawat Attawhid, de Muhammad Jalil Harras, pp. 89-91.
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y su progenie están enemistados con Satanás y sus descendientes. Hay
una lucha permanente en la que Satanás pretende alejar del buen camino
a los hijos de Adán para que se acerquen a la perdición. Quiere alejarlos
definitivamente del Paraíso e introducirlos para siempre en el Fuego.
Sabed que Dios no creó a las personas sin razón ni sentido, ni las deja
simplemente vivir sin apoyo, sino que nos ha enviado Mensajeros para
iluminar nuestras vidas y guiarnos a la dicha en este mundo y en el Otro,
aclarándonos el camino verdadero que conduce a la adoración del Dios
Único. El Señor comunicó a los genios y a los humanos que en caso de
que Él revelase algún Libro o enviase a algún Mensajero para guiarlos y
sacarlos de las tinieblas a la luz, todos deberían seguir este camino. Sabed
que la persona que siga la guía y la orientación de Dios no caerá en pecado
alguno en su vida mundana y no será castigado en la Otra Vida2
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Tanto Adán como sus descendientes vivieron durante diez siglos
obedeciendo a Dios y practicando la Unicidad, pero después apareció
la idolatría y otras deidades fueron falsamente asociadas a Dios. Por esa
razón Él envió a Noé, la paz sea con él, invitando a la gente a adorar al
Único Dios y a alejarse de la idolatría.
Después de Noé hubo muchos Mensajeros en diferentes tiempos y lugares
a los que Dios insufló normas diferentes para ciertos asuntos, pero todos
ellos invitaban a la sumisión y adoración del Dios Único sin asociarle nada
ni nadie. Después de Noé fue enviado Abraham, la paz sea con él, quien
invitó a su pueblo a adorar al Único Dios y a dejar de venerar estatuas
esculpidas. A continuación vinieron los Profetas Ismael e Isaac. De la
progenie de éste último surgieron tan magníficos Profetas como Jacob,
José, Moisés, David, Salomón y Jesús, la paz sea con todos ellos. Después
de Jesús ningún otro Profeta de los hijos de Israel fue enviado, pues la
profecía fue trasladada a la rama de Ismael.
Dios, altísimo sea, escogió al Profeta Muhammad, la paz y las bendiciones
de Dios sean con él, para que fuera el último de los Profetas y Mensajeros
2 El tema se trata detalladamente en Albidayah Wannihayah, de Ibn Kazir, Tomo 1/161-236.
También en Dawat At-Tawhid, pp. 89-92.
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que Dios ha mandado a la humanidad, y para que nos trajera el último
Mensaje y el último Libro revelado, el Corán. Por esa razón el Mensaje de
Muhammad, la paz y las bendiciones de Dios sean con él, es completo y
contiene todos los mensajes anteriores. Es un Mensaje dirigido a genios y
a humanos, a árabes y a no árabes; y es apto para todo tiempo y todo lugar,
para cada nación y cada situación.
El Mensaje de Muhammad, la paz y las bendiciones de Dios sean con
él, indica todo lo necesario para actuar correctamente y avisa sobre toda
maldad. Dios no aceptará que nadie siga religión alguna que no sea la de
Muhammad, la paz y las bendiciones de Dios sean con él3
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